Cosa de dos
El leñador coge su hacha, las llaves de su camioneta y sale de la cabaña. Hace frío en el campo. Corre viento. El aire es punzante y hiere los ojos. El leñador lagrimea a causa del aire. El leñador se frota los ojos. Camina con dirección a la vieja Ford y abre la puerta. Acomoda el hacha en el asiento posterior e introduce la llave en el contacto. Arranca. La camioneta parece una cafetera vieja, piensa el leñador. Sale a la carretera y va hacia el bosque. Debe manejar unos veinte kilómetros como de costumbre. Casi no toma atención a la ruta. Maneja despacio. Al cabo de veinte minutos llega a su destino. Apaga el motor de la Ford y baja de él. Coge el hacha y camina hacia donde se encuentra los árboles más viejos. Mira a su alrededor y decide por cuál va a comenzar. Ése, susurra. Empuña bien el mango del hacha y da un golpe seco. Trac. Otro golpe seco. Trac. Las astillas le caen en la cara surcada por las arrugas. Trac. Trac. Comienza a sentir calor. Se desprende de la casaca que lleva puesta y la deja caer al suelo. Divaga y se le viene a la mente su mujer. Hace mucho que no la toca, que no hacen el amor. Recuerda claramente aquella oportunidad, la última vez que lo hicieron. Eso le produce una feroz erección. El leñador deja el hacha y se sienta sobre su casaca. Apoya su espalda sobre el tronco de un árbol. Se desajusta sus jeans y se los baja hasta las rodillas. No lleva puesto ropa interior. Aprieta fuertemente su pene con la mano derecha y cierra los ojos. Comienza a frotar suavemente su miembro de arriba para abajo. Piensa en su mujer, en su concha húmeda y sus tetas prominentes. Sigue frotándose pero ahora con más fuerza. De arriba a abajo, de abajo hacia arriba.Va a terminar. Laura, Laura. Su pene dispara un semen espeso y muy blanco. El leñador se sube los jeans sin limpiarse la polla. El leñador coge su hacha y sigue dándole fuerte al árbol. Trac. Trac. Carga los pedazos de madera y los sube a la camioneta. El leñador se acomoda en su asiento y arranca. Maneja los veinte kilómetros que lo separan de su casa. Llega a la cabaña y ve a su mujer tiraba sobre la cama leyendo un libro. El leñador piensa por un momento que debería hacerle el amor pero se da cuenta que no es una buena idea. El leñador sale nuevamente de la cabaña y se va a jugar con el perro.
(Lima, abril 2006)